Lo que cambió ayer
Tendrá que cambiar mañana,
Lo indetenible, no se detiene; lo
seguro, ocurre. No hay dudas…un cambio monumental está por ocurrir en Cuba. En
Cuba, las cosas empiezan a cambiar más o menos cada 30 años y cambian de verdad
cada 60 años.
La
bandera y el escudo cubanos fueron diseñados por Narciso López, un criollo nacido en Venezuela,
que fue asistente del capitán general español en la isla de Cuba y quien, luego
de verse obligado en 1948 a exiliarse en los Estados Unidos de América por su
oposición al dominio español, organizó y comandó varias expediciones armadas para liberar a la
isla. Treinta años después, sin lograr la ansiada independencia de Cuba, terminó
la Guerra de los Diez Años. Pero no paso mucho
tiempo para que los cubanos, esta vez guiados por nuestro Héroe Nacional, José Martí, se lanzaran nuevamente en la manigua y conquistaran la independencia de
España. En 1902, casi 60 años después de los primeros intentos
independentistas, la República de Cuba nació. Los antiguos
mambises se transformaron en generales y doctores que durante treinta años
dominaron la vida política cubana. En 1933, Gerardo Machado, el último presidente mambí, fue
derrocado por un levantamiento popular lidereado por estudiantes, comunistas, y
un sargento que fue el primer presidente de la república cubana que nunca peleó
en la manigua contra los españoles. No obstante, la joven democracia cubana
continuó desarrollándose bajo la influencia americana por casi treinta años más.
En 1959, casi 60 años después del nacimiento de la república, las cosas
volvieron a cambiar de verdad cuando el exsargento Fulgencio Batista, convertido ya en un
dictador, fue derrocado por la guerrilla triunfante de Fidel Castro. La República de Cuba, gobernada ahora por
comunistas, se convirtió en un protectorado ruso y, por primera vez, sus
presidentes no fueron electos por el pueblo sino por el Partido Comunista.
Treinta años después la Unión Soviética colapsó y las cosas en la Cuba
socialista comenzaron a cambiar. Una crisis económica terrible y los disturbios
sociales producidos por ella obligaron a los comunistas a hacer malabares incrementando la represión a la vez que introducían reformas, inimaginables durante
el protectorado ruso, para aplacar el malestar popular. La formación del Foro de Sao Paulo, y la llegada al
poder de gobiernos de izquierda en Brasil y Venezuela, permitieron a los ya no tan comunistas cubanos mantenerse en el poder,
pero 60 años después de la instauración de un gobierno comunista en Cuba sus
nuevos protectores perdieron el poder o están a punto de perderlo. Lo que cambió ayer…
Los
antiguos benefactores de Cuba del Foro de Sao Paulo están
en serios aprietos. Lula da Silva está en prisión por haber
implementado un masivo sistema de corrupción,
Chávez murió y está a punto de ser removido del poder su
sucesor, Maduro, quien a fuerza de robar y delinquir ha logrado la
proeza de arruinar al mayor productor de petróleo de Latinoamérica. La mayoría de las
democracias latinoamericanas han identificado la corrupción como la lacra que
empobrece a nuestros pueblos, y a los narco-bandidos comunistas de Cuba y
Venezuela como la cabeza de la serpiente que hay que cortar. Nuevamente,
exiliados cubanos y venezolanos, apoyados por el gobierno de Estados Unidos de
América, juntas fuerzas para producir el cambio verdadero que ha de ocurrir.
Inexorablemente, los astros se alinean, y así como todo cambia…
Cambia, Cuba cambia:
Fidel
Castro está muerto, y su hermano, junto a lo que queda de su pandilla, ya están llegando. En la década del 60 del siglo XX los comunistas cubanos
prohibieron los negocios privados; treinta años después los permitieron
nuevamente para calmar el malestar popular. En la década del 60 los comunistas declararon al estado cubano una
dictadura… “del proletariado;” treinta años después, obligados por la caída del muro de Berlín, en una camaleónica
maniobra de camuflaje, declararon al estado cubano laico, al ideal comunista
ruso lo cambiaron por el de un socialismo del siglo XXI que nadie nunca supo lo
fue, y aceptaron que un comunista podría
profesar otra religión además de la marxista-leninista. En la década del 60 los
comunistas declararon “gusanos” a los exiliados cubanos; treinta años después, obligados por una terrible crisis económica, los recibieron con
los brazos abiertos… junto a los dólares que traían. A principios de la década del 60, muchos
cubanos creyeron en los cantos de sirena de un caudillo populista, treinta años
después todos los cubanos sabían que habían sido engañados. En la década del 60
el Che Guevara hacia cumplir son satisfacción y
saña las condenas de fusilamiento dictadas, en juicios sumarísimos y sin
garantías legales, para sembrar el terror entre la población; treinta años
después, a pesar del continuo encarcelamiento a los opositores, los cubanos se
atrevían cuchichear entre amigos en contra
de la tiranía. Hoy por hoy, en Cuba nadie se asombra cuando un ciudadano
cansado de tanto maltrato expresa a toda voz, públicamente y en plena calle, sus
críticas al desgobierno que todos padecen. Los comunistas impusieron el dominio
total del estado sobre las comunicaciones y los medios de difusión masiva, pero
los avances tecnológicos y la internet han abierto a los cubanos una ventana
informativa a la realidad. Han pasado sesenta largos y penosos años de dominio
comunista…pero todo cambia. La propiedad privada, la
riqueza acumulada durante 60 años por los cubanos en
el exilio, y las relaciones comerciales con nuestro vecino natural, Estados
Unidos de América, salvarán a los cubanos de la tremenda crisis económica que
seguirá a la inevitable caída del régimen de Maduro en Venezuela. La gran
mayoría de los cubanos seguirán siendo, como siempre has sido, religiosos; las
practicas represivas de los comunistas serán prohibidas y su ideología del odio
será condenada al ostracismo. Los jóvenes cubanos no se dejarán arrebatar su
futuro por un grupo de gánsteres y sus padres no conspirarán en contra de sus
hijos. Cuba fue, es, y será una isla hermosa habitada por hermosas cubanas y
jocosos cubanos. Llenos de alegría y satisfechos del deber cumplido gritaremos
a toda voz: ¡Cuba! ¡Cubita! ¡Sin comunistas te ves más bonita! Cubanos, el
futuro es nuestro, el cambio de verdad está a las puertas, y no importa quién o
cómo intenten impedirlo. En Cuba, las cosas empiezan a cambiar más o menos cada
30 años y cambian de verdad cada 60 años. Ya toca, prepárate, ponte las pilas…
¡y móntate en el tren del progreso!